En abril 2010, creamos J Call, un movimiento de opinión más allá de diferencias partidistas, cuya ambición era «unificar a los ciudadanos judíos europeos y amigos de Israel que aspiran a una paz en Oriente Medio basada en un acuerdo entre israelíes y palestinos, según el principio “2 pueblos, 2 estados”».
En su texto fundador, que titulamos « Llamada a la razón », escribíamos que la ocupación y la continuación de los asentamientos colonos en Cisjordania y en los barrios árabes de Jerusalén-Este ponían en peligro la sostenibilidad del proyecto sionista- y que el estado judío y democrático que los padres fundadores habían creado, y que había resistido a todas las vicisitudes de la Historia, no sobreviviría a la alternativa siniestra de la guerra civil y del apartheid. Miles de mujeres y hombres de buena voluntad firmaron esta primera llamada, y trece personalidades aportaron su contribución a un folleto que sirvió como manifiesto del movimiento.
Catorce anos mas tarde hay que señalar que la situación solo ha hecho que empeorar. Apenas formado a finales de 2022, el sexto gobierno Netanyahu, el más extremista en la historia del Estado Judío, intentó un golpe de estado judicial con el objetivo de liquidar la democracia liberal israelí para propiciar un régimen de autocracia electiva. Esta «reforma» puso el país al borde de la guerra civil y afectó gravemente sus capacidades de defensa; mientras que, sobre el tema palestino, los acuerdos de la coalición afirman el derecho exclusivo del pueblo judío a la autodeterminación sobre la totalidad del territorio entre el Rio Jordán y el Mar Mediterráneo. Para cumplir este objetivo, se quitó al ejercito -poder reconocido por el derecho internacional- la responsabilidad de los territorios ocupados, y esa responsabilidad fue transferida a las autoridades civiles bajo el control de los representantes de los colonos en el gobierno. La doble ficción de la ocupación «temporal» y del «proceso de paz» ha sido eliminada y la supuesta ausencia de un socio para la paz ha sido sustituida abiertamente por el decreto divino.
Es en este contexto que ocurrió el ataque bárbaro del 7 de octubre. Este pogromo inaudito, la guerra contra Hamás, la hecatombe de civiles y la devastación de la franja de Gaza que siguió al ataque, ilustran los peores miedos que la Llamada a la razón pretendía evitar. Es más obvio que nunca que la salvación de Israel pasa por una resolución razonable de la cuestión palestina, es decir la solución de dos estados. Como casi siempre en la historia, las soluciones mas atrevidas salen de las tragedias mas horribles.
Por ello volvemos a lanzar nuestra «Llamada a la razón». Está dirigida a todos aquellos, judíos y no judíos, a quienes importa la salvación de los dos pueblos que comparten este trozo de tierra del Mediterráneo oriental ; a todos los que ven con horror la degradación política y moral a la que la coalición gobernante está llevando a Israel, los peligros que le amenazan en sus fronteras, el oprobio internacional del que es objeto ; a todos los que no han perdido la fe en un futuro mejor, ni el uso de la razón para lograrlo.
Firmo la petición
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